Un foto diario más. Que nunca falta la cámara, música y café.
Moriremos observando.
Un lugar de desahogo en el que construir momentos que tienen su propio ritmo, sabor y devenir. Un espacio en el que el lenguaje escrito es una vía de comunicación, reflexión y aprendizaje en torno a mis propias realidades y, también, ajenas.